Desde el 2015, Rosa Gil es técnica de Incorpora de la Fundación Mornese, ubicada en el barrio Su Eminencia de Sevilla, declarado zona de transformación social. “Se trata de un barrio con muchas carencias y necesidades, y nuestro objetivo es tratar de dar respuesta a estas situaciones”, matiza Rosa.
Desde la fundación atienden a cualquier persona que demande sus servicios, aunque, como ella misma dice, “por vocación y por carisma, nuestro colectivo preferente son los jóvenes en riesgo de exclusión”. Así es su día a día como técnica de inserción laboral.
Mi labor como técnica de Incorpora
“Mi día a día como técnica de inserción laboral transcurre entre la atención al usuario; la prospección y visitas a empresas, y la gestión de ofertas de trabajo, entre otros”, nos explica Rosa.
También nos cuenta que una de las prioridades es propiciar la buena acogida del usuario, crear un clima de confianza con el técnico y conseguir que se sienta seguro con la persona que va a acompañarlo durante todo el proceso de búsqueda de empleo. “A partir de aquí: activarlo. Hacerle ver que su prioridad y responsabilidad es encontrar un trabajo, sabiendo que nosotros siempre vamos a estar ahí”, matiza Rosa.
Sin duda, para Rosa el trabajo como técnico es muy gratificante a pesar de que a veces uno siente que no va a llegar a todo. Lo importante es aprender a priorizar e intentar dar respuesta a aquellas situaciones que merecen una atención inmediata. “La satisfacción personal es inmensa. Saber que con el trabajo que hago cada día puedo ofrecer oportunidades a personas que habían perdido la fe en ellos mismos, es muy estimulante”, cuenta Rosa.
La colaboración de las empresas es clave
Rosa también nos habla de su labor de prospección laboral, tan importante para lograr que las empresas crean en el programa Incorpora y den una oportunidad laboral a las personas en riesgo de exclusión que se acercan a la entidad. Igualmente, es importante nutrir la relación con las empresas y lograr su fidelización a través de una correcta selección de candidatos. “Quiero agradecer la apuesta de las 50 empresas que, durante el 2017, han dado una oportunidad a las 286 personas que, finalmente, han conseguido un trabajo”, destaca Rosa. “Especialmente a empresas como El Corte Inglés, Carrefour o Reciclados la Red, que han apostado de una manera más fuerte por generar empleo adaptado a nuestros colectivos”, añade.
La historia de éxito de Nasiru
Rosa recuerda con especial cariño la historia de Nasiru, un joven de 20 años procedente de Ghana que llegó a España hace 3 años. “A través del programa Incorpora y gracias a la generosidad y confianza puesta en él por una de las empresas colaboradoras, ha conseguido un contrato que le ha permitido regularizar su situación en nuestro país y vivir de forma autónoma”, explica Rosa. “Su eterna sonrisa y su buen hacer en el trabajo es la mayor recompensa que puede tener un técnico”, añade.
Si tuviera que destacar una cosa del programa Incorpora, Rosa se quedaría con su labor por “fomentar la responsabilidad social corporativa de las empresas y, con ello, conseguir transmitir a la sociedad el valor que tiene contratar a personas en situación de vulnerabilidad”.