En un mundo cada vez más digitalizado, las redes sociales y las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, el uso excesivo de estas plataformas puede distorsionar nuestra percepción de la realidad, haciéndonos creer que lo que vemos en línea refleja la vida real de las personas a nuestro alrededor.
Las publicaciones cuidadosamente seleccionadas y editadas que vemos a diario crean una imagen idealizada de la vida de los demás, desde sus éxitos profesionales hasta sus vacaciones soñadas. Esta “realidad filtrada” puede hacernos sentir que no estamos a la altura o que nuestras propias vidas son menos emocionantes o exitosas. La consecuencia: una visión distorsionada de lo que realmente importa y una desconexión de la realidad.